Las fotografías que hoy contemplamos están separadas por más de 60 años, presentando sin embargo una característica en común: la aureola del Stmo. cristo de las Misericordias.
En la primera, captada por José Barraca en 1918 vemos al Crucificado atribuido a Pedro Roldán, orlado por tan curioso resplandor.
En la segunda lo vemos tal y como procesionó de forma extraordinaria en el mes de octubre de 1979 con motivo del LXXV aniversario fundacional.
Para aquella ocasión, volvió a hacerlo acompañado de la Dolorosa, para lo cual fue restaurada por Francisco Buiza.
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