Durante varios años que no hemos llegado a identificar de forma fehaciente, entre 1908 y 1939, salen sobre el paso de misterio de la Hermandad del Baratillo las tallas de los Santos Varones, José de Arimatea y Nicodemus, figurando ambos de pie bajo la Cruz y a los lados de la Virgen de la Piedad. Arrodillados a los pies del Señor figuraban igualmente Santa María Magdalena y San Juan Evangelista, siendo la talla de todo el conjunto, así como la canastilla, de Emilio Pizarro de la Cruz.
En otras ocasiones hemos tratado sobre el destino que tuvieron tanto la Magdalena con el Cristo, por lo que hoy nos vamos a ocupar de los Santos Varones y del Discípulo Amado, a los cuales vemos con algo más de nitidez en la siguiente fotografía.
Según los datos que hemos podido recopilar, se trata de las tres mismas esculturas que en la actualidad forman parte del misterio del Santo Entierro, de la localidad onubense de Isla Cristina. Curiosamente la disposición del Misterio se asemeja enormemente al que en aquellas primeras décadas del siglo XX figuró en el paso único de la hermandad del Arenal, con la única diferencia de no contar con la presencia de María Magdalena y si con María de Cleofás y María Salomé.
Ésta última fotografía la hemos encontrado en el blog de la Banda de las Tres Caídas, de Arcos de la Frontera.
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