A finales del siglo XIX y principios del XX, la Hermandad de las Siete Palabras tuvo la pretensión de ampliar a dos el número de pasos, para lo cual realizó un paso alegórico que nunca llegó a salir a las calles de Sevilla. Sin embargo, las andas que habían sido ejecutadas para esta alegoría, si fueron utilizadas entre 1914 y 1922 para el misterio de las Siete Palabras, dejando de usar su tradicional canastilla.
El paso había sido tallado entre 1891 y 1903 por Antonio Cruz Gómez, siendo dorado por Julio Rossy, con canastilla de líneas rectas con casetones y cartelas talladas, y unos altos candelabros de guardabrisas.
Tras volver a utilizar su antigua canastilla a partir de 1923, el paso es enajenado a favor de la Hermandad del Buen Fin, la cual lo sigue utilizando en la actualidad, aunque con algunas reformas, en su procesionar del cada Miércoles Santo, tal y como vemos en esta última fotografía tomada en su última Estación de Penitencia.
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