Aunque en nuestros días sería una práctica impensable, en otros tiempos no resultaba tan disparatado como hoy lo veríamos, el destruir una pieza de orfebrería para, con su misma plata, realizar una nueva pieza. Sin duda a ello colaboraba el elevado precio del argénteo metal en aquellos tiempos en comparación con bajo coste de la mano de obra.
El caso que hoy traemos lo hemos podido documentar secuencialmente, por lo que empezaremos con la fotografía más antigua de las mostradas. En ella vemos a a María Santísima de la Candelaria en 1945. La talla realizada por Manuel Galiano Delgado en 1924 luce sobre sus sienes la corona realizada en 1944 en los talleres de la Joyería Dalmás.
La Hermandad decidió años más tarde sustituir la corona por una nueva, entregando al orfebre y hermano de la Cofradía, Manuel Román Seco, la anterior corona para que la fundiera y con la plata obtenida, realizase la nueva presea.
Meses después, previa la Semana Santa de 1952, el orfebre hace entrega a los cofrades de la nueva corona que sería estrenada aquel Martes Santo por la Virgen de la Candelaria
Por último podemos ver una fotografía captada por "Fernand", ya en los años 70, en la que se no muestra a la Dolorosa con su actual corona
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