Seguimos en la céntrica plaza de la Virgen de los Reyes y en la misma Semana Santa de 1952, pero en esta ocasión, ya en la jornada del Viernes Santo tarde.
El inconfundible paso de palio de Ntra. Sra. de Montserrat acaba de abandonar las naves catedralicias y se dispone a dar la vuelta a la plaza, pero en sentido inverso a como veíamos ayer darla al misterio de la Columna y Azotes.
Lo preceden el cuerpo de acólitos, la presidencia y , totalmente pegado a ella, o más bien formando parte de la misma, el estandarte corporativo. A ésta insignia la precede a su vez la representación de la Santa Mujer Verónica y más adelante las parejas de cirios.
La plaza se encuentra bastante más poblada de publico que en la desapacible noche del Jueves Santo, aunque sin llegar al lleno, algo a lo que contribuyó a buen seguro la baja temperatura de aquella noche, fácilmente deducible por la indumentaria más bien invernal de quienes contemplan la Cofradía. De privilegiado podemos catalogar, en lugar elegido por el fotógrafo Dmitri Kesel para captar la instantánea subido a la última planta o azotea del edifico que hoy en día alberga al restaurante El Giraldillo, justo en la esquina de Mateos Gago.
Lo preceden el cuerpo de acólitos, la presidencia y , totalmente pegado a ella, o más bien formando parte de la misma, el estandarte corporativo. A ésta insignia la precede a su vez la representación de la Santa Mujer Verónica y más adelante las parejas de cirios.
La plaza se encuentra bastante más poblada de publico que en la desapacible noche del Jueves Santo, aunque sin llegar al lleno, algo a lo que contribuyó a buen seguro la baja temperatura de aquella noche, fácilmente deducible por la indumentaria más bien invernal de quienes contemplan la Cofradía. De privilegiado podemos catalogar, en lugar elegido por el fotógrafo Dmitri Kesel para captar la instantánea subido a la última planta o azotea del edifico que hoy en día alberga al restaurante El Giraldillo, justo en la esquina de Mateos Gago.
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