Hoy nos vamos a trasladar en el espacio y en el tiempo al taller regentado y dirigido por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, durante la cuaresma de 1908. En el podemos ver a numerosas operarias bordando las caídas del palio rojo de la Macarena, que sería estrenado aquel año.
En pie y, aparentemente ya terminado, podemos observar el techo de palio a juego y a su derecha, la túnica persa que aquella misma madrugada estrenaría el Señor del Gran Poder. Bajo la túnica, vemos al afamado bordador posando para la instantánea.
Con esta túnica, tal y como aquí la vemos, tan sólo salió el Señor aquel año, pues debido al excesivo brillo del tisú de oro empleado para su confección, fue pasada al año siguiente a terciopelo burdeos.
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