Sólo tuvo la oportunidad de pasearse bajo palio por las calles de Sevilla en una ocasión, no llegando ni siquiera a poder entrar en la Catedral aquella madrugada de 1935, por los retrasos que la jornada acumuló, por lo que llegó a la plaza a las 7, cuando tenía que haber llegado a las 5 y cuarto.
Pero eso no le impidió estar en la calle hasta las tres de la tarde en aquella que, como hemos dicho, sería su única procesión por las calles de Sevilla.
La Imagen había sido tallada por el escultor malagueño José Merino Román en 1932 para sustituir a la Virgen de la Hiniesta, perdida en el incendio de San Julián. Sin embargo, los hermanos de la Hiniesta se decantaron por la realizada por Castillo Lastrucci, por lo que la Dolorosa quedó en el taller del escultor.
El 4 de abril de 1935 era bendecida en San Román por el Cardenal Ilundain tras ser adquirida por la Cofradía de los Gitanos, si bien después de la primera salida no llegó a convencer a los miembros de la Hermandad, que decidieron volver a sacar en procesión al año siguiente a la anterior Imagen de Montes de Oca, que sería pasto de las llamas meses después. La talla de Merinó volvió por lo tanto al taller.
En 1938, fue adquirida definitivamente por la Hermandad malagueña del Santo Sepulcro, para sustituir a Nuestra Señora de la Soledad, perdida en 1936.
La Dolorosa, que vemos en esta fotografía de la web de laHermandad del Santo Sepulcro , ha sido sometida a varias restauraciones, destacando las de 1973 por Luis Álvarez Duarte y 2005 por Juan Manuel Miñarro López, ambas en Sevilla.
Se da la circunstancia de que es la única talla de este escultor malagueño que procesiona en la capital de la Costa del Sol.
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