En el mes de noviembre de 1950 la Virgen de Loreto, de la Hermandad de las Tres Caídas de San Isidoro, participaba al igual que otras Imágenes Marianas, en la Magna Procesión motivada por la proclamación del Dogma de la Asunción de María Santísima.
La procesión fue promovida por el Cardenal Segura y estuvo presidida por la Patrona de la Archidiócesis, la Virgen de los Reyes.
El paso de gloria constaba, basicamente, de los elementos habituales del paso de palio, pero sin palio, con la orfebrería ya ejecutada por Manuel Seco Velasco pocos años antes y con los candelabros del paso de las Tres Caídas.
Aquel mismo año, en el mes de febrero, había sido bendecida la corona que luce la Virgen, cincelada en plata sobredorada por el mismo orfebre y donada por subscripción de los miembros del Ejército del Aire.
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